Los trastornos infantiles son trastornos
psicológicos que se dan en la etapa infantil. Estos trastornos pueden
acarrear importantes consecuencias en la edad adulta.
La infancia es un período de la vida de gran importancia a
nivel físico y psicológico. Los cambios que se producen en esta etapa
determinan en gran medida la salud y bienestar del resto de la vida.
La principal dificultad que encontramos en los trastornos
infantiles es que los niños y niñas no son capaces de detectar cuándo algo
está mal. En consecuencia, no son los primeros en pedir ayuda.
Por esta razón, el papel de las familias es primordial en la
detección de los trastornos infantiles. Las familias deben ser capaces de
identificar estas dificultades en sus hijos e hijas para pedir ayuda a
especialistas.
Tipos de trastornos infantiles
Existen diferentes trastornos infantiles. Estos
se pueden desarrollar de forma que el niño o la niña pierde el control sobre
sus emociones (trastornos emocionales). De manera que afectan al comportamiento
(trastornos de la conducta). Otros comprometen el desarrollo general del niño o
la niña (trastornos generalizados del desarrollo).
Los trastornos de la conducta suelen aparecer antes que los
trastornos emocionales. Por otro lado, aunque los trastornos generalizados del
desarrollo, suelen aparecen en la infancia, se suelen mantener hasta la edad
adulta.
Es muy importante la detección temprana de los trastornos
infantiles y su correcto abordaje. Una detección tardía puede producir en el
menor una desadaptación al entorno, un bajo rendimiento y una vulnerabilidad
futura.
Resulta necesario aclarar que cuando hablamos de Trastornos
infantiles nos referimos a problemas que persisten en el tiempo, causan
malestar en el niño/a o impiden su desarrollo normal. Los trastornos infantiles
se caracterizan por interferir en la vida cotidiana de los niños/as. De
ahí la importancia de una correcta detección de estas problemáticas.
¿Conocemos un poco más sobre los diferentes trastornos
infantiles? ¡Vamos allá!
Son los problemas que afectan principalmente a la vida del
niño/a, sin que el entorno sea capaz de detectarlos. Generalmente, son
problemas que implican conductas no explícitas y encubiertas de tipo
emocional (ansiedad, estado de ánimo).
Algunos de los trastornos cuyo principal componente es la ansiedad son:
• Trastorno de Ansiedad por separación: Es uno de los
diagnósticos más frecuentes. El niño/a muestra una excesiva ansiedad cuando se
separa de las personas que le cuidan.
• Mutismo selectivo: Los niños/as con mutismo selectivo
se desenvuelven y hablan normalmente en el ambiente familiar próximo. Sin
embargo, cuando hay personas poco conocidas, se vuelven tímidos y retraídos.
• Fobias infantiles: Entre otras, las más frecuentes son:
fobia a la oscuridad, fobia a los perros o fobia a los médicos.
• Trastorno obsesivo-compulsivo: Un niña/a con este trastorno
queda atrapado en conductas y pensamientos repetidos. Los rituales de control y
lavado son lo más frecuentes en los niños/as.
• Trastornos de estrés-postraumático: Se presenta en
niños/as que han sufrido algún tipo de trauma (violencia, abuso físico…).
Consiste en recuerdos recurrentes de la experiencia traumática.
• Depresión durante la infancia
Entre los trastornos del estado de ánimo encontramos
la depresión.
La depresión consiste en un estado de ánimo irritable o
deprimido (triste) que se da junto con una disminución del interés o placer por
la realización de actividades (anhedonia).
La manifestación de los síntomas depresivos en la infancia
resulta peculiar respecto a los adultos ya que los niños/as no manifiestan
quejas. En la infancia, suelen ser los padres los que perciben cambios en
el comportamiento del niño/a.
Estos cambios suelen ser: Dificultades para dormir o
problemas en la alimentación, nerviosismo, hiperactividad, conductas
antisociales, aislamiento o malestar físico sin explicación.
Son aquellos trastornos en los que la detección se ve
facilitada ya que implican conductas explícitas. Al igual que en los
trastornos emocionales, la familia tiene un papel muy importante.
Trastornos por conductas perturbadoras
Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad: Consiste en la dificultad para mantener la atención y concentración, acompañada de un alto grado inquietud y actividad.
Trastorno negativista desafiante: Se caracteriza por un
comportamiento desobediente y hostil, dirigido con frecuencia, a las personas
con las que el niño/a tiene confianza. A veces, se puede generalizar esete
comportamiento a otras personas.
Trastornos disocial: Se caracteriza por una trasgresión
de los derechos de los demás y normas sociales, comportamientos disruptivos y
negativos.
TDAH
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
es un trastorno neurológico que afecta la atención, la impulsividad y la
hiperactividad de una persona. Los niños con TDAH pueden tener dificultades
para prestar atención en clase, seguir instrucciones, controlar sus impulsos y
mantenerse quietos. Sus síntomas más destacables son: falta de atención,
impulsividad, hiperactividad, problemas de organización, olvido y dificultades
para completar tareas.
Los padres pueden identificar el TDAH en sus hijos si notan
patrones persistentes de comportamiento que incluyen una falta de atención,
impulsividad o hiperactividad. En un primer momento, se puede llegar a pensar
que un niño con TDAH es simplemente muy nervioso o que tiene un carácter
complicado. Es cuando va creciendo que los padres y su círculo cercano se dan
cuenta de que la conducta del niño hiperactivo se sale fuera de lo normal. Es
muy frecuente que el TDAH vaya asociado a otras comorbilidades.
Aunque el TDAH es un trastorno crónico, las personas que lo
padecen pueden aprender a manejar sus síntomas con terapia y medicamentos. Es
por eso que, en el futuro, las personas con TDAH pueden desarrollar habilidades
para manejar sus dificultades y llevar una vida satisfactoria y exitosa en su
adultez.
Trastornos de la eliminación
• Enuresis: Consiste en pérdidas involuntarias de orina
una vez alcanzada la edad en la que existe un control vesical (4-6 años). La
enuresis puede ser primaria (si el niño/a nunca ha conseguido controlar la
emisión de orina), secundaria (si después de un periodo de control, se vuelve a
producir pérdidas de orina), diurna (si ocurre durante el día) y nocturna (si
sucede durante el sueño). Esta última es la más frecuente.
• Encopresis: Consiste en defecaciones repetidas e
involuntarias, en lugares inadecuados y a una edad en la que se espera
que haya control al respecto (a partir de los 4 años). La Encopresis puede ser
primaria (si el niño/a nunca ha conseguido controlar la defecación), secundaria
(si se produce después de un período de control).
Trastornos por tics
Se caracterizan por tics vocales y motores involuntarios que
pueden variar e incrementarse o reducirse con el transcurso del tiempo. Estos
tics son frecuentes y repetitivos. Un ejemplo es el Síndrome de
Gilles de la Tourette.
Trastornos de la conducta alimentaria
Pica: Consiste en la ingesta de sustancias como tierra,
trozos de papel, etc.
Rumiación: Se caracteriza porque el niño/a juega con la
comida que se ha ingerido, devolviéndola y volviéndola a masticar.
También pueden aparecen episodios de bulimia o anorexia,
aunque se dan con menor frecuencia en la infancia.
Síndrome de Tourette
Mención especial merece este conocido síndrome. El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico
que se caracteriza por movimientos y sonidos repetitivos e involuntarios,
conocidos como tics. Estos tics pueden ser simples, como parpadear o hacer
movimientos faciales, o complejos, como saltar o decir palabras inapropiadas.
Las causas exactas del síndrome de Tourette no se conocen,
pero se cree que pueden ser una combinación de factores genéticos y
ambientales. En cualquier caso, se asocia con cambios en el cerebro y la
actividad de ciertos neurotransmisores.
Para identificar si un niño padece el síndrome de Tourette,
es importante estar atento a los tics que presenta. Si bien no es infrecuente
que los niños presneten ciertos tics temporales durante su desarrollo, si estos
persisten durante más de un año, puede ser indicativo de un trastorno como el
síndrome de Tourette.
Trastornos del sueño
En la edad infantil es frecuente que se den dificultades o
problemas del sueño. Algunos ejemplos son: pesadillas, terrores
nocturnos, negativas a dormir, despertares frecuentes, dificultades para
conciliar el sueño, soonambulismo… Pueden darse como consecuencia de malos
hábitos de sueño o secundarios a problemas de ansiedad, depresión…
Algunos de los trastornos del sueño más comunes en niños
son:
• Insomnio: dificultad para conciliar o mantener el
sueño.
• Apnea del sueño: pausas en la respiración mientras se
duerme (ronquidos).
• Narcolepsia: somnolencia excesiva durante el día y
episodios de sueño repentino.
• Terrores nocturnos: despertares súbitos con intensa
sensación de miedo.
• Sonambulismo: caminar o realizar actividades durante el
sueño profundo.
• Bruxismo: rechinar o apretar los dientes durante el
sueño.
• Pesadillas: sueños angustiantes y vívidos que pueden
interrumpir el sueño.
• Trastornos del Aprendizaje
Conllevan una dificultad para adquirir competencias en
algunas áreas como, por ejemplo: la lectura, las matemáticas, la escritura,
según lo esperado para su edad, nivel escolar e intelectual. Una de las
consecuencias más frecuentes son el bajo rendimiento y el fracaso escolar.
Algunos de los tipos más importantes son:
Dislexia: Consiste en una dificultad en el aprendizaje
y consolidación de la lectura y escritura.
Discalculia: Se caracteriza por la dificultad para
adquirir las habilidades matemáticas.
Trastornos del Aprendizaje no Verbal: Se caracteriza
por la dificultad en la organización de los espacios, dificultad para adaptarse
a nuevas situaciones y en la interpretación de la información no verbal.
Disgrafía: Consiste en una alteración en la expresión
escrita. Esto es, el niño/a presenta dificultades para escribir bien.
Disortografía: El niño/a presenta problemas para
reconocer, comprender y reproducir los símbolos escritos así como para aplicar
las normas ortográficas. Es una alteración que afecta al contenido y
composición de las palabras. No afecta a la forma ni al trazado de la
escritura.
Disfasia: Se caracteriza por alteraciones en el uso del lenguaje oral y escrito y en su comprensión. Suelen ser niños/as que se relacionan poco por su reducido lenguaje, por lo que con frecuencia se confunde con el Trastorno del Espectro Autista.
Trastornos generalizados del desarrollo
Constituyen un grupo de trastornos infantiles que afectan
al desarrollo de niños/as durante los primeros años de vida. Se
manifiestan en retrasos en diversas áreas del desarrollo. Aunque estos
trastornos se originan en la infancia, con frecuencia se mantienen hasta la
edad adulta.
• Trastorno Autista: Es el trastorno más conocido. Se
caracteriza por una deficiente interacción y comunicación social, alteraciones
en el lenguaje y una marcada restricción de actividades e intereses. Los
intereses suelen ser repetitivos y estereotipados.
• Trastorno de Rett: Consiste en un trastorno genético
neurológico y del desarrollo, poco frecuente, que provoca una incapacidad
progresiva para gatear, caminar, comunicar, mover los ojos o usar las manos.
Estos niños/as parecen desarrollarse normalmente hasta que a los 6 meses
empiezan a perderse habilidades. Se da con mayor frecuencia en niñas.
• Trastorno Desintegrativo Infantil: Se caracteriza por
un desarrollo aparentemente normal hasta los 3-4 años, momento en el que
empieza a producirse una desintegración de las habilidades motoras,
lingüísticas, sociales y del comportamiento. Es un trastorno poco usual y muy
desconocido.
• Síndrome de Asperger: Es un trastorno de inicio
temprano en la infancia. Se caracteriza por una alteración en el lenguaje,
dificultades para gestionar las emociones y una capacidad reducida para
comunicarse con los demás. En la mayoría de los casos, los niños/as que padecen
este trastorno presentan un retraso en el desarrollo motor y manifiestan
conductas repetitivas, sobre todo cuando se sienten nerviosos/as.
La detección de los trastornos infantiles es mucho
más compleja que en otras edades. Esta dificultad radica en la necesidad
de utilizar información proveniente de la familia que cuidan al niño/a. Las
familias son los observadores privilegiados de los diversos problemas que
pueden presentar los niños y niñas. Por lo tanto, conocer los principales
síntomas de los posibles trastornos es un punto clave a la hora de la detección
precoz.
Trastornos del espectro autista (TEA)
El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del
neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el
comportamiento de una persona. Los síntomas varían ampliamente e incluyen
dificultades para socializar, comunicarse verbalmente o no verbalmente,
comportamientos repetitivos o estereotipados, y dificultades para procesar y
responder a la información sensorial.
Los síntomas del TEA suelen aparecer en la primera
infancia, aunque pueden ser más evidentes a medida que el niño crece. El
diagnóstico se realiza mediante una evaluación exhaustiva mediante pruebas
psicológicas y observación clínica por parte de un profesional de la salud.
Se trata de forma individualizada a base de terapia del
habla, terapia ocupacional, terapia conductual, terapia psicológica, así como
medicamentos en algunos casos. Es importante comenzar el tratamiento lo antes
posible para mejorar los resultados a largo plazo.
No todas las personas con TEA afrontan las mismas
dificultades. Así pues, se clasifica en diferentes niveles de gravedad,
desde leve a grave, según el grado de apoyo que una persona necesita para
realizar actividades cotidianas.